Un poco de inspiración para el día del Padre.
Este año nos hemos puesto manos a la obra. En casa no compramos regalos para el día del Padre. En realidad, hasta ahora casi ni nos acordábamos de la fecha... 😅
Pero este año hemos decidido dedicarle un poco de tiempo creando y... ¡ha sido muy divertido! Modelar con arcilla es muy gratificante. Puedes crear un montón de objetos para múltiples usos: portavelas, portafotos, cuencos para dejar joyas (o tesoros) y bonitos colgantes o tarjetas decorativas como las que os enseñamos en este post.
El proceso es muy sencillo y nos hemos ayudado con unos moldes estupendos que teníamos en casa. Primero creamos el corazón, porque se nos ocurrió escribirle una carta recordando anécdotas divertidas vividas juntos.
Hemos impreso en cartulina y escrito por la parte de atrás, pero también puedes utilizar papel de acuarela para conseguir una bonita textura que quedará preciosa.
El proceso es muy sencillo:
- tomáis una pequeña cantidad de arcilla y la humedecéis un poco con las manos.
- La redondeais.
- Con la ayuda de un rodillo la aplanáis.
- Presionais con un molde y, et voilà! ya tienes tu corazoncito.
- Ahora hay que dejar secar la arcilla.
- Cuando esté bien seca (lo notaréis porque está durita) podéis lijarla con lija suave o un cepillo de dientes o de uñas que no tengáis en uso.
- Podéis pintarla con acuarelas. Nosotros hemos utilizado estás de Moulin Roty que nos chiflan y cubren muy bien.
- Cortáis el papel de acuarela o cartulina, por la mitad.
- Escribes lo que te inspire, recuerdes o te encante de él.
- Pegamos ahora el corazón con silicona caliente.
Y como el proceso nos ha gustado, hemos querido hacerle algo más. Algo que pueda llevar siempre consigo.
Con la ayuda de este otro molde hemos creado una bonita estrella con agujerito para colgar. Las cuerdas de seda son un gran aliado que utilizamos mucho en nuestras manualidades. Están teñidas a mano y son deliciosas.
Espero de corazón que este post sirva para darte ganas de crear en familia.
Es maravilloso hacer manualidades acordándote de alguien especial y después disfrutar de la cara de sorpresa al ver tu regalo.
Es doblemente recomendable porque pasas un rato agradable ideando, creando, dando forma... y el regalo especial hará que siempre se acuerden de vosotros, sacando, sin duda, una sonrisa cada vez que lo vean. ¿Te animas?.
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