¡Llegó el Adviento!

¡Llegó el Adviento!

En LoraLora este Adviento llenamos tu casa de luz e ilusión. Síguenos y descubrirás bonitas ideas para decorar e iluminar tu hogar con el entusiasmo y la alegría propia de los más pequeños. Vive con ellos la alegría e intensidad de esta época para crecer y renovarte por dentro.

Muchas culturas celebran la llegada del invierno con un festival de luz. Los antiguos egipcios celebraban el festival de Osiris, los celtas y los druidas llevaban a cabo grandes festivales  de luz y fuego. En nuestra cultura esta fiesta se llama Adviento. La palabra Adviento procede de adventus y significa venida. Es un tiempo de preparación para la llegada de la Navidad. Siempre dura cuatro semanas y su fecha de comienzo varía. Este año comenzará el domingo día 28 de noviembre. Prepárate para recibirlo ¡está a la vuelta de la esquina!

A continuación te presentamos tres bonitas ideas para vivir esta época. 

El tradicional calendario de Adviento

La más popular y especialmente deseada por los más golosos. Calendarios con ventanitas llenas de delicioso chocolate que endulzan cada día de esta espera.

Te proponemos una alternativa y/o complemento a estos calendarios tradicionales. Ahora mismo existen en el mercado un montón de preciosos calendarios de lo más decorativos en los que guardar pequeños tesoros o frases inspiradoras y bonitas en cada día. También podemos crearlo nosotros con saquitos de yute o lino y un cordel, sobres bonitos, fieltro.... Las posibilidades son infinitas y pueden ser muy sencillas y bonitas.

También es precioso encontrar un rato a las tardes y leer los cuentos de Adviento que nos envuelven y preparan para la espera a la Navidad.

La espiral de Adviento

La espiral es una formación natural frecuente en el reino vegetal. Evoca la evolución de una fuerza, de un estado. Es continuidad, desarrollo. Es transformación. La forma de la espiral representa el recorrido que hacemos en busca de nuestra luz interior.

Con este artículo de Grimm´s nos propone una original forma de seguir la cuenta atrás hacia la Navidad. La espiral dispone de veinticuatro agujeros. Cada día al encender la vela podrás desplazarla de agujero en agujero. Así, los días que ya han transcurrido se rellenan con los regalitos que van apareciendo en el calendario. Podrás elegir bonitas figuras relacionadas con el reino que despierta cada semana: reino mineral, vegetal, animal y humano. 

Corona de Adviento 

Otra bonita manera de acompañar esta época son las coronas de Adviento. En el post anterior comentamos algo sobre ellas. Son preciosas coronas de abeto, con cuatro velas, una para encender al comienzo de cada semana. Es un símbolo que nos recuerda la intensidad con la que nuestra luz interior debe brillar hasta llegar la Navidad.

La primera vez que hice una corona fue hace cinco años y desde entonces es una práctica que repetimos en casa todos los años. A mis hijos les encanta que contemos el cuento que propone el calendario a la luz de la corona de Adviento.

Lo disfrutamos tanto queremos invitarte a que hagas la tuya propia. Anímate y aprende con este tutorial que hemos creado para tí. Tu preciosa corona en tan sólo ocho pasos. ¡Pruébalo! Seguro que lo disfrutas tanto como nosotros.

¡Vamos allá!

Lo que más me gusta, sin lugar a dudas, es el ritual que la precede: un paseo por el bosque para recoger piñas, la mirada atenta a toda la vegetación de la época -incluida la ciudad- (cada año descubro algún fruto nuevo que se puede incluir), la visita anual al jardín de un amigo que me suele dar la poda de rosal con bonitos frutos rojos. Y por último una vuelta por mis floristerías preferidas para completar con los detalles que me inspiren.

Después de recopilar toda la materia prima, la suelo guardar en lugar fresquito para que no se seque. Te recomiendo que elijas bien el lugar, pues a la mañana siguiente podrás disfrutar de un maravilloso olor a bosque allí donde la hayas dejado.

Cuando decidas ponerte manos a la obra lo primero es revisar que dispones de: tijeras, tijeras de poda, guantes de jardinería, cuerda de yute finita (en nuestro caso hilo gordo de algodón marrón), tela de saco para hacer un lazo, un tipo de lazo más estrecho (nosotros hemos utilizado un retal de puntilla de algodón que tenía en el costurero, pero también venden nueva en mercerías o más barato en Tigers) y lo más importante: la materia prima que hayas escogido para tu corona.

Este año hemos usado:

Del bosque. Una rama de sauce llorón, flor seca de hinojo, cardos, piñas de diferentes variedades, y ramas de abeto azulón de la variedad rocky mountain juniper (no sé si os va a servir de mucho el nombre... pero es un tipo de abeto de color verde azulado con piñas redonditas como las que aparecen en la foto) y que se suele encontrar sobre todo en jardines, no como arbusto sino como árbol.

De la floristería. Eucalipto, pino nobilis, paniculata (la florecila blanca) y los frutos rojos. Dependiendo de la floristería vas a encontrar infinidad de frutos rojos: hypericum, diferentes acebos, nosotros este año hemos elegido estas bolitas tan monas. Si no lo encontráis, una flor que aporta un efecto muy parecido y a mi me encanta, es la flor de cera.

Bueno como digo, este es el material que hemos utilizado nosotros, pero tú, por supuesto, puedes incluir con libertad todo aquello que te guste y te inspire.

¡Vamos con el tutorial!

¡Empezamos!

Lo primero es quitar las hojitas al sauce y hacer un círculo con sus flexibles ramas, si es necesario trenzándolo un poco para que no se desparrame. Cuando ya le hemos dado forma elegimos dos puntos donde atarlo con la cuerda. Digo dos puntos porque cuanto menos cuerda usemos menos condicionados estaremos luego a la hora de decorar.

Como ves en la foto no hay que complicarse mucho la vida, pero sí procurar que el círculo sea lo más redondo posible, al menos en alguna de sus variantes. ;) Si podemos, es mejor colocar los dos puntos de unión relativamente cerca.

Forramos

Cogemos la rama de Nobilis y de ella elegimos dos ramitas pequeñas, las cortamos y colocamos una a cada lado de la base. Las unimos a ella con cuerda. Consejo: antes de colocar las ramas estudiar la dirección de la hoja respecto al circulo de la base, las ramas no suelen quedar igual en una dirección que en otra.

Primer ramo

Reservamos la base en un lado de la mesa de trabajo y seleccionamos: dos ramitas pequeñas de abeto un ramillete fino de paniculata, una flor de hinojo, eucalipto fino y un cardo. Después de estudiar con mimo la dirección natural de los elementos que tenemos al unirlos, buscamos la forma más equilibrada del ramo y la fijamos atando con la cuerda los tallos.

Segundo ramo

Reservamos el ramo y seleccionamos material para hacer otro ramillete. Esta vez, cuatro ramas pequeñas de eucalipto grande, dos ramitas de abeto, un poco de paniculata y un par de piñas. Repetimos la operación anterior para realizar el ramo. Una vez lo hemos hecho colocamos las piñas en el punto de unión. Para colocar las piñas lo mejor es enredar la cuerda por la base de la piña y después atarlas al ramo.

Seguimos...

Tomamos el ramito más pequeño que hemos hecho, es decir, el último y lo unimos a la base de la corona con cuerda. Es mejor no utilizar mucho, pues siempre quedará más discreto y limpio.

El broche

Tomamos el otro ramo que tenemos reservado y probamos cómo queda al otro lado de la base. Siempre fijándonos en las direcciones naturales de los elementos que vamos a unir. Calculamos la distancia y posición donde vamos a colocar el ramo, pero no llegamos a unirlo aún. En nuestro caso, nos damos cuenta de que para que quede ágil y bonito tenemos que colocar los dos ramos a cierta distancia. Por eso, para disimular los puntos de unión y rellenar hueco, diseñamos un broche con abeto -que cubre muy bien- aprovechando una de las ramas con piñas redonditas que quedan genial. Probamos y fijamos con cuerda.

La unión

Antes de unir el segundo ramo, cogemos la tela de saco y con la tijera de papel cortamos un lazo más bien largo (siempre habrá tiempo de cortarlo). Y ahora si, tomamos el ramo grande lo colocamos tal y como habíamos estudiado en el paso anterior y lo unimos con el lazo de saco que acabamos de diseñar... ¡Ya está casi lista!

Toque final

La composición ya está acabada. Ahora con mucho cuidado de no romper el equilibrio del conjunto, colocamos el toque de color: probamos aquí, probamos allá y por fin colocamos esas bolitas rojas tan monas...

Finalmente fijamos, levantamos la corona, probamos su peso y postura al levantarla y vemos por donde hace falta reforzar la forma circular. En ese punto atamos un pequeño lazo de la puntilla que hayamos elegido y... ¡listo! ¡Nuestra corona de Adviento lista para anunciar la Navidad!

¡Esperamos fotos de vuestras coronas!

 


8 comentarios


  • LoraLora

    Hola Laura muchas gracias por comentar! Sí, es una bonita forma de esperar la Navidad! Los cuentos de Adviento los puedes encontrar aquí https://www.loralora.com/products/cuentos-de-adviento
    Gracias de nuevo


  • Laura Ochoa

    Hola! Me encanta este “ritual” , lo hacía con mi familia de chica y se fue perdiendo en el tiempo. Ahora me gustaría retomarlo con mi hija para darle la bienvenida a la Navidad. Donde puedo conseguir los 4 cuentos ?
    Gracias ! Un abrazo grande


  • LoraLora

    Muchas gracias por tu comentario Maribel!!


  • LoraLora

    Mila esker Laura. Un beso enorme ;)


  • LoraLora

    Muchas gracias por tu comentario Silvi. Nos alegramos mucho de que te hayan gustado las ideas!


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